Durante los últimos años, nuestro país ha experimentado un cambio profundo en materia de participación laboral femenina. Previo al contexto de emergencia sanitaria, Chile había alcanzado un peak histórico de participación laboral femenina de 53,3%, haciendo que la brecha de género de participación laboral se redujera a 20 puntos porcentuales – un mínimo histórico.
Lamentablemente, el COVID 19 cambió todo el escenario, y en pocos meses perdimos todo el progreso alcanzado en los últimos 10 años.
Recuperar la participación laboral femenina es fundamental para el desarrollo económico y social del país. Un estudio de McKinsey en 2015 confirma que la paridad de género podría agregar USD 12 billones al crecimiento global con miras al 2025. El mismo estudio añade que en un escenario de “pleno potencial” para las mujeres, es decir, que desempeñáramos un papel idéntico al de los hombres en el mercado laboral, se podrían añadir hasta 28 billones de dólares al PIB anual mundial.
En la actualidad, Chile se encuentra en el puesto 57 de 153 países evaluado en el Reporte Global de Brechas del Foro Económico Mundial. En este reporte, Chile obtiene su peor calificación en el índice de oportunidad y participación laboral. No obstante, Chile fue reconocido, en el más reciente reporte de PwC (2021) sobre participación laboral y brecha salarial en los países OCDE, cómo “el país que más había recortado la brecha de participación laboral en los últimos años”.
Considerando el contexto anterior, vale destacar que las acciones de la Iniciativa de Paridad de Género serán fundamentales para continuar fomentando la participación laboral femenina en las empresas y para poder avanzar en un mayor aprovechamiento de la totalidad del capital humano de nuestro país.